Filosofía,

Χάος

abril 12, 2016 Uchutenshi 0 Comments



En su «Crítica de la razón pura», el alevoso e imperativo alemán, Immanuel Kant, se hace algunas preguntas cuya paráfrasis vale la pena hacer:

     ¿Y si no hubiese semejante cosa, como el universo? ¿Y si únicamente hubiera objetos, innumerables objetos que se suceden los unos a los otros; se juntan y se separan, tienen comienzo y tienen fin, pero no hubiese un gran Cosa, formada por todas las cosas? ¿Por qué sentimos la necesidad de creer en tal cosa —supercosa-universo— como un todo universal?

     Como observó Russell; si bien el humano tiene madre, eso no autoriza suponer que la humanidad —toda— esté igualmente obligada, a tener madre. El clásico problema de la «antinomia de la modalidad». A este respecto el poeta Pessoa aventura una explicación digna de tenerse en cuenta:

     «La materia está constituida por 'objetos', cosas... La conciencia no lo está. Únicamente el 'conjunto' —por así decirlo— de la conciencia es 'real', en la materia el conjunto no es real, 'no hay conjunto'; hay partes, objetos solamente. La idea de que hay un Universo, un 'conjunto' de la materia, es una aplicación a la materia de lo característico de la conciencia.»

     El clásico problema de los conjuntos llevado a la praxis. Como es natural, cada quien se considera «uno», un sujeto, seguramente por eso necesitamos unificar nuestra experiencia de la realidad en objetos y, a todos los objetos, en un único gran objeto. La negación del universo como objeto único está intimamente unido a la filosofía materialista, a lo que Lucrecio en su «De Rerum Natura» destaca dos postulados, a saber; primero, no existe un Universo sino una infinita pluralidad de mundos, objetos y/o cosas que nunca se pueden concebir o considerar bajo el concepto de unidad; segundo, todos los objetos o cosas que percibimos están compuestas por partes y antes o después se descompondrán en partes. A éstas partes últimas, imperceptibles de lo real, el materialista clásico les llama «átomos».

     ¿El universo acaso, tiene cierto orden o designio? Si aceptamos la noción «fuerte» del universo como objeto único del que todo forma parte. O bien, la noción «ligera», concibiendolo como un conjunto de cosas y objetos que no se pueden considerar bajo el concepto de unidad. Resulta dificil si no imposible, preguntarse si existe en él, algún tipo de orden que nuestra razón pueda comprender. Según algunos relatos griegos, contados por Hesiodo en su «Teogonía», el origen de todos los dioses, así como los mortales, se encuentra en una divinidad primigenia llamada «Caos», el Abismo, el gran Bostezo, lo sin forma y por siempre ininteligible desde pautas ordenadas. A lo que el sabio Heráclito responde:

     «Tal como un revoltijo de desperdicios arrojados al azar es el orden más hermoso, así también el cosmos».



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