Epicuro,

Epicuro y la muerte

septiembre 23, 2014 Uchutenshi 0 Comments



En su famosa Carta a Meneceo, Epicuro pretende disuadirnos sobre la errada concepción que tenemos referente a la muerte, y cómo ésta no puede ser tan temible como suponemos.

     El Hades y sus jueces, los demonios y sus verdugos; son simplemente alegorías para atemorizar a los sencillos y cándidos, que no deben inquietar a alguien prudente —según el juicio de Epicuro—. En la muerte misma, empero, no hay algo que temer —debido a su propia naturaleza—, ya que jamás coexistimos con ella: mientras nos encontramos nosotros, no está la muerte; cuando llega la muerte, dejamos de estar nosotros. Es decir, según Epicuro, indubitablemente morimos, sin embargo, nunca estamos muertos.

     Lo verdaderamente temible, sería tener consciencia en la muerte, quedarse de algún modo «presente» sabiendo que ya hemos muerto; supuesto absurdissimum y contradictorio.



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Carta,

Carta a Meneceo (fragmento)

septiembre 23, 2014 Uchutenshi 0 Comments


Nadie por ser joven vacile en filosofar ni por hallarse viejo de filosofar se fatigue. Pues nadie está demasiado adelantado ni retardado para lo que concierne a la salud de su alma. El que dice que aún no le llegó la hora de filosofar o que ya le ha pasado es como quien dice que no se le presenta o que ya no hay tiempo para la felicidad. De modo que deben filosofar tanto el joven como el viejo: el uno para que, envejeciendo, se rejuvenezca en bienes por el recuerdo agradecido de los pasados, el otro para ser a un tiempo joven y maduro por su serenidad ante el futuro. Así pues, hay que meditar lo que produce la felicidad, ya que cuando está presente lo tenemos todo y, cuando falta, todo lo hacemos por poseerla

                                     
Epicuro: Carta a Meneceo http://goo.gl/eH608h

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Física,

Tiempo

septiembre 23, 2014 Uchutenshi 0 Comments


El tiempo es una magnitud física cuya unidad básica en el sistema internacional (SI) es el segundo (s).

     •segundo (símbolo: s). Unidad SI de tiempo definida como la duración de 9 192 631 770 períodos de la radiación correspondiente a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio- 133.



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Filosofía,

Realidad cuántica

septiembre 08, 2014 Uchutenshi 0 Comments


La mecánica cuántica ha demostrado una gran capacidad de explicación sobre fenómenos vinculados a la materia y la energía. Sin embargo, pese a su evidente éxito, la teoría conlleva cierto número de problemas conceptuales y filosóficos. Uno de sus más eminentes artífices, Feynman, señaló en cierta ocasión: «mucha gente entiende la teoría de la relatividad de Einstein pero nadie entiende la mecánica cuántica.»

Ondas y partículas


La esencia del problema es que entidades tales como el fotón y el electrón parecen comportarse como partículas individuales o como ondas según el experimento que se lleve a cabo. La concepción generalmente aceptada por los físicos y químicos es la que propuso Bohr: un electrón es una partícula, pero es preciso renunciar a describir detalladamente su trayectoria. Lo único que cabe decir es que la entidad en cuestión queda descrita por una expresión llamada «función de onda». El cuadrado de la función de onda en un punto mide la probabilidad de encontrar la entidad en dicho punto.

La paradoja EPR


La concepción de Bohr no fue del gusto de todos. A Einstein, por ejemplo, le incomodaba el indeterminismo inherente a la teoría. Sus objeciones se resumen en sus famosos comentarios: «Dios no juega a los dados» y «Dios es sutil pero no malicioso».

     Para refutar la teoría de Bohr, Einstein ideó el conocido experimento de Einstein, Podolsky y Rosen, el cual pone en escena a un fotón que súbitamente se convierte en un electrón y su antipartícula, el positrón. Debido a la conservación del momento angular, el espín del electrón debe ser igual y opuesto al espín del positron. Cuando las partículas se han separado varios kilómetros, se mide el espín del electrón; si éste apunta en cierta dirección, el espín del positrón debe apuntar en dirección opuesta. ¿Cómo «sabe» el positrón que la función de onda del electrón ha colapsado, dando una determinada dirección de espín? Esta es la famosa paradoja EPR.

     La respuesta de Bohr consiste en decir que las partículas siguen formando parte del mismo sistema, aunque se encuentren muy lejos la una de la otra, y que es la medida la que colapsa su función de onda. Einstein jamás aceptó esta interpretación ya que implicaba una interacción instantánea entre partículas, a la que llamó «acción fantasmal a distancia». Para él, los espines reales estaban determinados al formarse las partículas y la mecánica cuántica era sólo una aproximación a un mecanismo subyacente todavía no descubierto.

El teorema de Bell


En 1964, Bell publicó un artículo sobre la paradoja EPR; el espín del electrón tiene tres componentes perpendiculares dos a dos. Bell demostró que si el principio de realidad de Einstein es correcto, debe verificarse una desigualdad matemática entre los espines medidos en distintas direcciones. Años más tarde, se realizaron experimentos para averiguar si la desigualdad se cumple, el más concluyente fue llevado a cabo en 1982 por Alain Aspect; los experimentos de Aspect indican que Bohr estaba en lo cierto y Einstein se equivocaba. La realidad cuántica «implica» —al parecer— una extraña acción instantánea a distancia (entrelazamiento cuántico). Quiero señalar que la mecánica cuántica, por muy extrañas que sean sus predicciones, no es una metafísica estéril, sino por el contrario, una teoría basada en experimentos, que derivan en una física aplicada.

     A pesar de los avances conseguidos en mecánica cuántica, hay científicos y filósofos que todavía no estan de acuerdo acerca de la naturaleza de la realidad cuántica (me incluyo). Algunos sugieren la existencia de algún mecanismo «todavía no descubierto», otros piensan que nunca comprenderemos la realidad cuántica. Posiblemente —como sugirió John Haldane—, el Universo no sólo es más extraño que cuanto conocemos, sino también más extraño que cuanto podemos conocer.



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Filosofía,

El gato de Schrödinger

septiembre 08, 2014 Uchutenshi 0 Comments


El físico Erwin Schrödinger propuso un famoso experimento mental, con el fin de ridiculizar la interpretación de Bohr:

    En una caja provista de una tapadera hay un frasco con un material radiactivo. Al emitir éste una partícula, se activa un detector que libera gas venenoso. Se coloca un gato en la caja (nadie sabe por qué Schrödinger eligió un gato), al cabo de cierto tiempo hay una probabilidad del 5% de que la partícula haya sido emitida. En ese preciso instante, un observador mira dentro de la caja para averiguar qué ha sido del gato. Según Bohr, el gato no está vivo ni muerto mientras el observador no provoque el colapso de su función de onda levantando la tapadera de la caja, mirando en su interior. De hecho el experimento mental es falaz: la falacia del argumento consiste en un mal uso del término «observar» (una observación no requiere la presencia de una persona). El elemento importante de la teoría de Bohr es el acto de medir. La función de onda de la partícula colapsa cuando ésta interactúa con el detector, a partir de ese momento, la suerte del pobre gato está echada.

     Es necesario señalar que la superposición —en este caso del gato— sólo se presenta a nivel cuántico.


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Física

Espacio-tiempo

septiembre 08, 2014 Uchutenshi 0 Comments


En 1908, Hermann Minkowski demostró que en la relatividad especial, el espacio y el tiempo podían considerarse imbricados en una entidad única, que consistiría en el espacio-tiempo cuadrimensional.

     Para visualizar el espacio-tiempo de Minkowski se dibujan «diagramas de espacio-tiempo», que representan la totalidad del pasado y el futuro. Cada punto del diagrama representa un «suceso»: un punto del espacio en un instante dado. La historia entera de una partícula queda representada por una curva del diagrama, llamada «línea de universo» de la partícula. Una línea de universo es recta si la partícula se mueve uniformemente (a velocidad constante), y curva si lo hace de un modo no uniforme (acelerado).

     El cono de la imagen es el llamado «cono de luz» de origen 0 del espacio-tiempo. En el espacio-tiempo cuadrimensional de Minkowski, la distancia s al origen, llamada también «intervalo», viene dada por la ecuación:

     s² = t² - (x/c)² - (y/c)² - (z/c)²,

donde x, y, z son las tres coordenadas espaciales. El intervalo s se interpreta como el tiempo que transcurre para la partícula entre los sucesos O y P; se trata de un tiempo radicalmente distinto al de la mecánica newtoniana. En relatividad, cuando hay movimiento, el tiempo transcurrido es menor que t, resultado conocido como «dilatación de los tiempos». Esto significa que el tiempo transcurre tanto más lentamente cuanto más rápida es la partícula. Cuando la velocidad de la partícula es significativamente menor que la de la luz, el tiempo transcurrido es sólo ligeramente menor que t. Si la velocidad de la partícula es igual a la de la luz, entonces P se encuentra en el cono de luz y s = O.

     Otras magnitudes —además del tiempo—, tienen distintas propiedades en relatividad especial que en mecánica newtoniana. La contracción de Lorentz-Fitzgerald, o contracción de las longitudes, describe la contracción de un cuerpo en la dirección de su movimiento. Según la teoría especial de la relatividad, un objeto cuya longitud es (lo) cuando está en reposo respecto a un determinado sistema de referencia, tiene una longitud distinta l cuando se considera desde un sistema de referencia que se mueve con velocidad v con respecto al primero. Esta nueva l viene dada por:

     l = lo (1 - v²/c²)½

     La masa m, en cambio, aumenta con la velocidad. Su valor viene dado por:

     m = mo/ (1 - v²/c²)½

donde mo es la masa de la partícula en reposo, o «masa en reposo», y v es la velocidad de la partícula. Einstein demostró que cuando un cuerpo gana una energía E en razón de su movimiento, también gana una masa m igual a E/c². Asimismo, halló que, como consecuencia de la relatividad especial, la masa de un cuerpo es una medida de su contenido energético. Esto es lo que afirma la famosa ecuación:

     E = mc²

     Así, es posible generar gran cantidad de masa. Esto ocurre en las estrellas, en las armas nucleares y —de una forma más controlada— en la energía nuclear.


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García Márquez,

El coronel no tiene quien le escriba (fragmento)

septiembre 02, 2014 Uchutenshi 0 Comments


[…] La mujer se desesperó.

     —Y mientras tanto qué comemos —preguntó, y agarró al coronel por el cuello de la franela. Lo sacudió con energía—. Dime, qué comemos.
   
     El coronel necesitó setenta y cinco años —los setenta y cinco años de su  vida, minuto a minuto— para llegar a este instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:

     —Mierda.


Gabriel García Márquez
El coronel no tiene quien le escriba



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