Filosofía,
El físico Erwin Schrödinger propuso un famoso experimento mental, con el fin de ridiculizar la interpretación de Bohr:
En una caja provista de una tapadera hay un frasco con un material radiactivo. Al emitir éste una partícula, se activa un detector que libera gas venenoso. Se coloca un gato en la caja (nadie sabe por qué Schrödinger eligió un gato), al cabo de cierto tiempo hay una probabilidad del 5% de que la partícula haya sido emitida. En ese preciso instante, un observador mira dentro de la caja para averiguar qué ha sido del gato. Según Bohr, el gato no está vivo ni muerto mientras el observador no provoque el colapso de su función de onda levantando la tapadera de la caja, mirando en su interior. De hecho el experimento mental es falaz: la falacia del argumento consiste en un mal uso del término «observar» (una observación no requiere la presencia de una persona). El elemento importante de la teoría de Bohr es el acto de medir. La función de onda de la partícula colapsa cuando ésta interactúa con el detector, a partir de ese momento, la suerte del pobre gato está echada.
Es necesario señalar que la superposición —en este caso del gato— sólo se presenta a nivel cuántico.
El gato de Schrödinger
El físico Erwin Schrödinger propuso un famoso experimento mental, con el fin de ridiculizar la interpretación de Bohr:
En una caja provista de una tapadera hay un frasco con un material radiactivo. Al emitir éste una partícula, se activa un detector que libera gas venenoso. Se coloca un gato en la caja (nadie sabe por qué Schrödinger eligió un gato), al cabo de cierto tiempo hay una probabilidad del 5% de que la partícula haya sido emitida. En ese preciso instante, un observador mira dentro de la caja para averiguar qué ha sido del gato. Según Bohr, el gato no está vivo ni muerto mientras el observador no provoque el colapso de su función de onda levantando la tapadera de la caja, mirando en su interior. De hecho el experimento mental es falaz: la falacia del argumento consiste en un mal uso del término «observar» (una observación no requiere la presencia de una persona). El elemento importante de la teoría de Bohr es el acto de medir. La función de onda de la partícula colapsa cuando ésta interactúa con el detector, a partir de ese momento, la suerte del pobre gato está echada.
Es necesario señalar que la superposición —en este caso del gato— sólo se presenta a nivel cuántico.
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