Jung,
Un intento contemporáneo sobre la causalidad trascendental. lo realizó C.G. Jung, quien elaboró una teoría, en la cual intentaba dar carta de ciudadanía a experiencias que trascienden a la causalidad entendida como causación externa y temporalmente lineal. Jung pretendió integrar en la explicación científica del mundo, un tipo de experiencias e intuiciones a las que se suele denominar «esotéricas» las cuales en los medios científicos, son calificadas como delirios.
Para ello, Jung, elaboró su teoría de la sincronicidad, en la cual plantea que ciertos fenómenos reales aparentemente aleatorios o no causales se caracterizan por tener significación y no deberían ser excluidos del orden de las cosas, so pretexto de que son puras ilusiones subjetivas.
Tras investigar diversos fenómenos como por ejemplo el encuentro «fortuito» con una persona que nos da la solución justa al problema que nos aqueja, o los presuntos aciertos del TAO, el I-Ching, etcétera. Jung propone que dichos fenómenos que manifiestan una coincidencia no causal, no son arbitrarios ni puras ilusiones subjetivas, sino que se rigen por una ley que concierne a su significación.
Por lo tanto, al lado de la causalidad en el sentido de la ciencia moderna, Jung propone la vigencia de una ley de sincronicidad que constituiría el principio explicativo de los fenómenos que no ajustándose a la causalidad tienen, empero, significatividad. Y postula que es esa significatividad la que explica su ocurrencia fáctica.
Pseudo
Sincronicidad por lo tanto sería sinónimo de coincidencia significativa: Ciertos encuentros personales aparentemente aleatorios, se producirían porque dicho encuentro es significativo para las partes; La coincidencia de una figura del I-Ching con ciertos rasgos de una situación personal, se daría porque existiría una correspondencia significativa entre un hecho no causal —la figura del I-Ching es azarosa— y un estado mental (el que consulta espera algo y por ello se pone en consonancia con el oráculo).
El retorno de la interioridad
Un intento contemporáneo sobre la causalidad trascendental. lo realizó C.G. Jung, quien elaboró una teoría, en la cual intentaba dar carta de ciudadanía a experiencias que trascienden a la causalidad entendida como causación externa y temporalmente lineal. Jung pretendió integrar en la explicación científica del mundo, un tipo de experiencias e intuiciones a las que se suele denominar «esotéricas» las cuales en los medios científicos, son calificadas como delirios.
Para ello, Jung, elaboró su teoría de la sincronicidad, en la cual plantea que ciertos fenómenos reales aparentemente aleatorios o no causales se caracterizan por tener significación y no deberían ser excluidos del orden de las cosas, so pretexto de que son puras ilusiones subjetivas.
Tras investigar diversos fenómenos como por ejemplo el encuentro «fortuito» con una persona que nos da la solución justa al problema que nos aqueja, o los presuntos aciertos del TAO, el I-Ching, etcétera. Jung propone que dichos fenómenos que manifiestan una coincidencia no causal, no son arbitrarios ni puras ilusiones subjetivas, sino que se rigen por una ley que concierne a su significación.
Por lo tanto, al lado de la causalidad en el sentido de la ciencia moderna, Jung propone la vigencia de una ley de sincronicidad que constituiría el principio explicativo de los fenómenos que no ajustándose a la causalidad tienen, empero, significatividad. Y postula que es esa significatividad la que explica su ocurrencia fáctica.
Pseudo
Sincronicidad por lo tanto sería sinónimo de coincidencia significativa: Ciertos encuentros personales aparentemente aleatorios, se producirían porque dicho encuentro es significativo para las partes; La coincidencia de una figura del I-Ching con ciertos rasgos de una situación personal, se daría porque existiría una correspondencia significativa entre un hecho no causal —la figura del I-Ching es azarosa— y un estado mental (el que consulta espera algo y por ello se pone en consonancia con el oráculo).
0 comentarios: