Mazdeísmo,
El zoroastrismo o mazdeísmo (en ocasiones
llamado parsismo) es una religión que cuenta
con más de 2500 años, lo que la convierte en
una de las religiones vigentes más antiguas. El
mazdeísmo conserva algunas prácticas del
primitivo hinduismo (periodo védico), como el
uso del fuego y la veneración a las fuerzas de
la naturaleza. Esta religión debe su nombre al
de su fundador, Zaratustra (conocido entre los
griegos como Zoroastro), que, en opinión de los
estudiosos, vivió en Irán (Persia) en el siglo VI
a.C. El zoroastrismo fue la religión nacional de
los tres imperios preislámicos que hubo en
Irán (Persia) entre 645 a.C. y 636 d.C., y con
la conquista árabe de Irán, en el siglo VIII
d.C., se convirtió en una religión minoritaria
en su país de origen. Un gran número de estos
mágico-fieles huyeron a la India, donde son
conocidos como pãrsi ("persas"). La mayor
parte de esta pequeña comunidad mágica se
haya en la India (principalmente en Bombay) y
Pakistán, aunque en Irán aún residen algunos
despistados.
El mazdeísmo afirma que el profeta Zaratustra
(Zoroastro) tuvo una revelación divina que le
llevó a proclamar su fé en un único Dios (les
suena familiar [?]): Ahura Mazdã, el Señor de la
sabiduría. El mazdeísmo se basa en el
enfrentamiento entre dos fuerzas opuestas, el
"espíritu hostil" (Angra-Mainyu, con frecuencia
llamado Ahrimán) y el "espíritu
benéfico" (Spenta-Mainyu). La naturaleza
buena o mala de los dos espíritus no está
predeterminada, sino que es el resultado de su
elección entre la verdad y la mentira. El mal,
finalmente, es derrotado por Ahura Mazdã.
Las escrituras zoroástricas —el Avesta—
contienen infinidad de textos; los más
antiguos son los gãthãs ("himnos") atribuidos
a Zoroastro. Los gãthãs afirman que Ahura
Mazda es el único dios (familiar?). Los rituales
si bien no son muy mencionados en los
escritos de Zoroastro, en la actualidad ocupan
un lugar importante.
El fuego en el mazdeísmo, representa un papel
destacado, pero no se le rinde culto en sí
mismo. La luz en forma de un fuego sagrado es
el símbolo de Ahura Mazdã. Representa la
presencia de Dios en la creación. En los
lugares de culto zoroástrico el fuego sagrado
(atar) se mantiene continuamente encendido
en una urna. Sólo los sacerdotes ritualmente
purificados pueden entrar en el santuario
interior.
En la ceremonia de iniciación, conocida como
naojot ("nuevo nacimiento"), se entrega al
incauto niño una camisa sagrada (sudra) e hilo
(kusti), que el iniciado debe llevar puesto en
torno a la cintura, como metáfora para seguir
la senda de la rectitud.
La fiesta de Año Nuevo señala la llegada de la
primavera y simboliza la renovación anual de
la vida y la derrota del mal. En la fiesta de
fravardigãn tienen lugar ceremonias especiales
por las almas de los difuntos. Se invoca a los
espíritus guardianes de los muertos: los
fravashis.
Los mazdeístas no incineran ni entierran a sus
difuntos, se los comen (es broma), ya que
consideran que tanto el fuego como la tierra
son "puros" y por lo tanto no deben ser
contaminados. Los muertos se abandonan y
exponen en grandes torres circulares conocidas
como dakhmas ("torres del silencio"), donde
los buitres devoran su carne (no es broma).
Los adeptos al zoroastrismo creen en el juicio
final, el cielo y el infierno, en un salvador
(sawśyant) que resucitará a los muertos y en la
vida eterna. Es evidente que estas creencias
influyeron en el judaísmo, el cristianismo y el
islamismo.
Zoroastrismo o Mazdeísmo
El zoroastrismo o mazdeísmo (en ocasiones
llamado parsismo) es una religión que cuenta
con más de 2500 años, lo que la convierte en
una de las religiones vigentes más antiguas. El
mazdeísmo conserva algunas prácticas del
primitivo hinduismo (periodo védico), como el
uso del fuego y la veneración a las fuerzas de
la naturaleza. Esta religión debe su nombre al
de su fundador, Zaratustra (conocido entre los
griegos como Zoroastro), que, en opinión de los
estudiosos, vivió en Irán (Persia) en el siglo VI
a.C. El zoroastrismo fue la religión nacional de
los tres imperios preislámicos que hubo en
Irán (Persia) entre 645 a.C. y 636 d.C., y con
la conquista árabe de Irán, en el siglo VIII
d.C., se convirtió en una religión minoritaria
en su país de origen. Un gran número de estos
mágico-fieles huyeron a la India, donde son
conocidos como pãrsi ("persas"). La mayor
parte de esta pequeña comunidad mágica se
haya en la India (principalmente en Bombay) y
Pakistán, aunque en Irán aún residen algunos
despistados.
El mazdeísmo afirma que el profeta Zaratustra
(Zoroastro) tuvo una revelación divina que le
llevó a proclamar su fé en un único Dios (les
suena familiar [?]): Ahura Mazdã, el Señor de la
sabiduría. El mazdeísmo se basa en el
enfrentamiento entre dos fuerzas opuestas, el
"espíritu hostil" (Angra-Mainyu, con frecuencia
llamado Ahrimán) y el "espíritu
benéfico" (Spenta-Mainyu). La naturaleza
buena o mala de los dos espíritus no está
predeterminada, sino que es el resultado de su
elección entre la verdad y la mentira. El mal,
finalmente, es derrotado por Ahura Mazdã.
Las escrituras zoroástricas —el Avesta—
contienen infinidad de textos; los más
antiguos son los gãthãs ("himnos") atribuidos
a Zoroastro. Los gãthãs afirman que Ahura
Mazda es el único dios (familiar?). Los rituales
si bien no son muy mencionados en los
escritos de Zoroastro, en la actualidad ocupan
un lugar importante.
El fuego en el mazdeísmo, representa un papel
destacado, pero no se le rinde culto en sí
mismo. La luz en forma de un fuego sagrado es
el símbolo de Ahura Mazdã. Representa la
presencia de Dios en la creación. En los
lugares de culto zoroástrico el fuego sagrado
(atar) se mantiene continuamente encendido
en una urna. Sólo los sacerdotes ritualmente
purificados pueden entrar en el santuario
interior.
En la ceremonia de iniciación, conocida como
naojot ("nuevo nacimiento"), se entrega al
incauto niño una camisa sagrada (sudra) e hilo
(kusti), que el iniciado debe llevar puesto en
torno a la cintura, como metáfora para seguir
la senda de la rectitud.
La fiesta de Año Nuevo señala la llegada de la
primavera y simboliza la renovación anual de
la vida y la derrota del mal. En la fiesta de
fravardigãn tienen lugar ceremonias especiales
por las almas de los difuntos. Se invoca a los
espíritus guardianes de los muertos: los
fravashis.
Los mazdeístas no incineran ni entierran a sus
difuntos, se los comen (es broma), ya que
consideran que tanto el fuego como la tierra
son "puros" y por lo tanto no deben ser
contaminados. Los muertos se abandonan y
exponen en grandes torres circulares conocidas
como dakhmas ("torres del silencio"), donde
los buitres devoran su carne (no es broma).
Los adeptos al zoroastrismo creen en el juicio
final, el cielo y el infierno, en un salvador
(sawśyant) que resucitará a los muertos y en la
vida eterna. Es evidente que estas creencias
influyeron en el judaísmo, el cristianismo y el
islamismo.
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